sábado, 28 de marzo de 2009

Las crónicas de Charly: el micro, la señora y el mandado

He estado pensando en escribir mis memorias, ya saben, esa vieja tradición que solían tener aquellos hombres, de vaciar en papel lo que la vida les ha enseñado, pero me di cuenta que he llevado la vida mas pichiruchi que se puedan imaginar; no me drogo, no tengo antecedentes penales, es mas, ni me regañaba mi mamá por que ni travieso era.

Si embargo si he pasado aventuras alguna vez, enfrentándome a peligros, seres extraños y adrenalina al por mayor ha sido en el transporte publico. Y es que vivir en la ciudad más grande del mundo definitivamente no es fácil, y menos cuando tienes que recorrer grandes distancias para llegar a lugares cotidianos como la escuela o el trabajo.

Cuando iba en la secundaria recuerdo ir con mis mejores amigos pubertos a bordo del microbús con la típica actitud odiosa de adolecente que hoy porto con vergüenza. Entonces se subió un señor tan gordo que ocupaba por si mismo dos lugares, así que como buenos niños idiotas inmediatamente hicimos comentarios entre nosotros mientras devorábamos unas palomitas sabor a chile con limón:

-¿ya viste? Seguro se pone el cinturón con boomerang
-ha de necesitar un mapa para encontrarse el ombligo
-seguro cuando toma café se sientan alrededor de el


Pero hablamos de mi y los dioses me han olvidado así que caímos en carcajadas tan inmensas que sin querer una palomita paso entera por mi boca y se me atoro justo en la garganta asfixiándome, obvio me aterrorice y trataba de hacer señas a mis amigos para que me ayudaran, pero solo seguían riendo, me levante desesperado y caminaba de un lado al otro del pesero mientras me ponía morado y pedía ayuda tanto como el gasate me lo permitía. Y entonces se levanto el señor, aquel que recibió mi nada piadosa burla y me tomo entre sus brazos para oprimir mi abdomen. Sorpresa, el señor me salvo la vida mientras los idiotas de mis amigos continuaban carcajeándose. Desde entonces aprendí dos cosas; que nunca debo burlarme de la gente, ya que pueden convertirse en mi héroe y que siempre puedes contar con tus amigos para burlarse cuando te mueras de asfixia por una palomita.

En otra ocasión me encontraba en camino a mi casa con mi familia, subimos, y alcanzamos justamente los últimos lugares, entonces se subió un par de señoras y una llevaba un bebe en sus brazos. Mi padre es todo un caballero, así que de inmediato se levanto y ofreció el lugar a la señora, pero la muy gandaya le dijo a la otra que se sentara y esta lo hizo quedándose de pie. Mi autoritario padre me volteo a ver con una mirada penetrante que traduje así “ni modo hijo, vas a tener que mocharte con el asiento… bueno, con el lugar”, pero hablamos de mi y los dioses me han olvidado así que puse cara de “no manches jefe” y me levante para que se sentara la mugrosa señora mañosa.

Para llegar a metro UAM-I donde salen las combis que me llevan a ese horrible lugar donde me enseñan cosas tengo que tomar un pesero que me deja justo enfrente, pero hay una ruta que tiene que dar vuelta unos metros después y no siempre les conviene orillarse para dejarte; así que le indique la bajada al simio que conducía y me dijo:


-no te puedo hacer parada aquí, te dejo cuando de vuelta

Eso es como a mucha distancia y ya no me sale el viaje, así que saque lo chilango y le pregunte:

-¿Por qué no puede hacerme parada?
-porque me queda muy lejos la vuelta
-ha o sea que no hay una ley que diga que no me puedes hacer parada ahí
-no, pero tampoco hay una ley que me diga que te tengo que bajar ahí

Obviamente me enfurecí, pues como es mi costumbre ya iba tarde, así que anote las placas y después llame a locatel para quejarme.


Lo mas difícil a veces es la gente con la que tienes que viajar, hoy cuando tome el micro que va a la casa de la dueña de mis quincenas se subió una mujer de avanzada edad (una ruca pues) que se sentó y colocó sus bolsas en el asiento contiguo, un señor le pidió permiso y la señora le dijo que estaba ocupado el asiento, así que el señor puso cara de “inche vieja” y se fue hacia atrás. Pero lo mas impresionante fue que poco después subió una muchacha que solo poso la mirada por un momento al lugar y sin hacer nada mas que ver hacia el lugar la señora le dijo que estaba ocupado, así que la muchacha solo se quedo con cara de “inche loca” y siguió su camino. Cuando bajó (del micro) la señora, me di cuenta que solo llevaba una bolsa de mandado y una cazuelita vacía que bien pudo acomodar sobre o bajo sus piernas. De verdad que hay gente exagerada, solo espero que haya pagado dos pasajes.


En la misma ruta en una ocasión no alcance un asiento vacio así que iba amontonadito con toda la gente, pues el pesero estaba a reventar y como es costumbre la gente seguía subiendo por atrás y te dan el pasaje diciendo:

-¿le pasa uno por favor?

Como se puede uno suele hacer algo de malabarismo combinado con surfin y pasa el pasaje al que sigue diciendo:

-¿le pasa uno por favor?

Así que llego mi turno de hacerlo, pero como hablamos de mí y los dioses han olvidado le dije a la señora de un lado:

Yo.- ¿le puede pasar uno por favor?
Señora.- ¿COMO QUIERES QUE LE PASE? ¿NO VES QUE NO PUEDO?
Yo.-huuuy lo siento, joven (el que seguía) ¿puede pasar uno?
Joven.- claro
Yo.- gracias joven
Señora.- ¿no ves que no puedo soltarme?
Joven.- aquí esta el cambio
Señora.- y es que a mi edad bla bla bla
Yo.- gracias joven
Señora.- bla bla bla
Yo.- aquí esta el cambio señor
Señora.- bla bla bla
Señor.- gracias, aquí esta el cambio
Señora.- bla bla bla

QUINCE MINUTOS DESPUES

Señora.- bla bla bla

Eso fue molesto.



Pero la peor de todas definitivamente fue cuando me quede de ver con mi entrañable amigo Pepe-Pepe-Pepón en el acostumbrado teléfono rojo de taxqueña, y como por mi casa pasa un pesero que me deja justo enfrente pues me subí a ese, pero justo donde salen las combis que me dejan en la escuela junto a los pollos rostizados para ser exactos salió un sedan que golpeo al pesero en un costado, por lo tanto se armo un lio y todos los pasajeros tuvimos que bajar y esperar el siguiente transporte a taxqueña que pasara por ermita.


Desgraciadamente el resto de los pasajeros era una bola de niños desastrosos y mas desgraciadamente a esa altura los peseros no suelen viajar muy pegados al que debería de ser su carril.

En cuanto llego el siguiente le hicieron la parada frenéticamente y como el chofer vio que éramos varios trato de pegarse lo mas pronto posible para ganarle al siguiente que también era de la misma ruta, pero como estamos hablando de mi y los dioses me han olvidado al cerrarse el micro se impacto con el otro que llevaba la misma ruta y por supuesto se armo aun mas lio.
Para cuando paso el cuarto micro con ese destino ya era bastante tarde así que recibí una llamada del Pepe:

-¿Dónde estas wey? Ya deberías estar aquí
-no me los vas a creer
-¿Qué? ¿Te secuestraron los extraterrestres?
-no, chocó el pesero y cuando el otro paso chocó también
-no manches Carlos ¿Cuál me chupo?
-neta, chúpate lo que quieras
-ya mejor dime que se te hizo tarde y no me quieras ver la cara
-pero es en serio, que me vuelva joto si no
-ya mejor apúrale
-pero es neta
-tu tu tu tu tu tu tu tu


Lo triste, a demás de que mi cuate no me creyera fue que los pubertos babosos se estaban burlando de mí porque no me creyeron mi increíble pero verídica historia.

En ese momento lo único que deseaba es que a uno se le atorara una palomita para salvarle la vida y se sintiera estúpido… pero como hablamos de mi y los dioses me han olvidado, solo recibí mas burlas.

6 comentarios:

Ivory dijo...

Jajajajaja. Q buenas historias. Me diverti leyendo todo lo que te paso. Pero no en mala onda. Por que yo tambien tengo muchas historias de micros que contar jajajaja. Pero Hablando especificamente de los Choferes en mi ruta hacia la escuela son bien buena onda... Aparte no se van echando carreritas...

Un saludo.

Unknown dijo...

Andando en microbús o combi le pasa a uno cada cosa...
A mí me han pasado varias cosas raras

Karla R d Freyre dijo...

jajajajajaja
una paloma
jajjajajajaja
a mi se me fue una mosca peeero
una paloma?
jajajajajaja

María dijo...

Interesante tu blog... pasaré por aquí seguido.
Yo pensé que sólo yo estaba olvidada por los dioses... pero ahora creo que simplemente no conocen a todo mundo ;)
Buenas historias (Aquí iría un thumb up)

CocoNash dijo...

"Como se puede uno suele hacer algo de malabarismo combinado con surfin"

pobre karl hoz olvidado por los dioses,
le hubieras dicho a la señora que se callara,
y a la del mandado, le hubieran dicho

"ah sí, el mandado ocupa mucho espacio, mire" lo quitabas y se lo ponías encima de ella,
ah no, verdad?

Flor de luna dijo...

Mi vida se consume en transporte.Yo sólo odio a los guarros del metro,micro etc.
Pero a todo nos acostumbramos.