domingo, 13 de marzo de 2011

Breve ucronía de un gobernante

Cuando me quedé con el cargo de presidente oficial tuve miedo al principio, pues sabía perfectamente que la mayoría de la gente no quería que fuera yo el que ocupara este cargo. Pero por fortuna la mayoría estaba dividida en otros candidatos, son esos huecos de la democracia pluripartidista que me permitieron mantenerme en el cargo sin mayor problema.

Mi recurso más valioso es ese cuerpo ilegal de gente entrenada que creó uno de mis antecesores para mantener aplacadas a las masas… ¡Que ingenuos! Nadie se preocupa por los excesos que puedo cometer con este cuerpo armado protegiéndome, mientras les tenga una buena telenovela y un buen torneo de futbol el mundo les importa un carajo.

Así que haré lo que cualquier persona en mi posición haría, seguir con la administración ultra burguesa del partido que me asigno la candidatura mientras encuentro la manera de forrarme con lo que pueda… pero la gente tampoco es tan tonta, si bien siguen encerrados en su vida rutinaria, debo pensar como mantenerme legitimo, debo parecer eficiente en mis acciones, no como mi antecesor que se convirtió en la burla general del pueblo.

Mi estrategia es sencilla; simplemente les hago creer que los grupos de oposición son la causa de todos los males, así hago ineficiente la imagen de las autoridades locales y hago ver eficiente a mi ejercito de sádicos, les declaro la guerra a los narcotraficantes y oculto mi adicción al alcohol con un circo mediático alrededor de un reportero que después de esto será todo un líder de opinión, le subiré el salario y así garantizamos que el partido siga en el poder por lo menos otros seis añitos.

No quiero sonar presumido, pero creo que he hecho mejor trabajo que los que ocuparon este trono antes que yo, la distracción que en algún momento hubo que recurrir fue de sustento más científico y mas eficiente que la anterior… no fue un monstro, una epidemia es más efectiva.

Lo que resta es fácil, ya nadie recuerda los excesos anteriores, una vez dejé sin empleo a mucha gente de un solo tajo, disolví un sindicato y nadie lo recuerda, creo que mi ejército de sádicos es más eficiente de lo que pensé. Debí saberlo desde que me colgué la banda de mi cargo protegido por ellos. No se que haré el día que me falten.

Inyectamos una moda y luego le agregamos una figura teológica para que se fijara mejor. Difundimos esos sonidos que ellos llaman música y la actitud barbaria y primitiva la adquirió solita la masa que se agregó a esta moda cavernaria. Ahora debemos hacerlos ver como la fuente de todo vicio y mi ejercito de sádicos hará el resto y una vez más la autoridad local será ineficiente. Estoy a un paso del totalitarismo y es exitante.

Aun tengo mas planes, haré muchas cosas como lo que le hice a la energía eléctrica pero no les quiero arruinar la sorpresa, mejor siéntense a ver el partido y la novela y yo me sentare a ver como se fuman mis decretos entre líneas y olvidan mis promesas como la de generar empleos, mientras olvidan mis excesos.

2 comentarios:

mariposa azul dijo...

muy buena entrada, de lo que realmente sucede y como la gente se puede olvidar de las cosas cierto, el hombre olvida las cosas la memoria a corto plazo funciona muy bien.
me gusto lastima que poco gente viene a ver opiniones de este tipo porque estan viendo la novela jajajja

el Patch dijo...

gracias Mariposa, sigo experimentando mi narrativa, ojalá te guste lo que viene