martes, 11 de enero de 2011

Cada perro debe tener su día

Un canino saludo a todos los que gozan de perder su tiempo en este, su espacio proveedor de ocio.

No suelo narrar pasajes de mi vida y menos sentimentales… ok, si lo hago soy un cursi y que? Ese no es el punto el punto es que platicaré una historia muy triste y muy personal, así que espero la lean toda:

Fue hace como nueve años, yo ya llevaba de conocer a Pepe como cinco años y me jacto de ser su mejor amigo, así que lo conocía de los pies a la cabeza, y sabía ya de las cosas estrambóticas que rondan en su cabeza. Por otro lado tenia poco de haber iniciado una fuerte amistad con un hermano a quien me referiré como “Boquitas” debido a un accidente con un cable telefónico que le destrozó los labios por completo… ok, se que es una cosa horrible llamarlo así pero éramos pubertos políticamente incorrectos y ahora no encuentro otra manera de llamarlo.

A Boquitas le habían dejado fuera de su casa una caja llena de perritos, corrientes todos, cuza de algo feo con algo más feo aún y se dio a la tarea de regalar a los cachorritos con todos sus conocidos y obviamente me ofreció uno, pero desgraciadamente el lugar donde vivía en ese entonces era demasiado pequeño para tener una mascota que crecería.

Todos los perritos encontraron dueño, excepto una perrita, la más inteligente y fea, pero a causa de su género nadie quería hacerse cargo de ella, así que el padre de Boquitas le dio un día más antes de tener que dormir a la perrita para siempre. Boquitas estaba desesperado, pues ya tenía sentimientos a la cachorrita pulgosa y fue cuando lo encontré en las jardineras de la escuela y me platicó la situación, así que recordé la tendencia de súper héroe de Pepe y le marqué para platicarle lo que sucedía:

Pepe.- ¿Bueno?

Patch.- Wey, hay una perrita que necesita hogar, estuvo así y así

Pepe.- No mames Patch, tráela para acá y yo le encuentro casa, por lo menos tendrá más tiempo

de vida

Patch.- Ya estás.


Aun recuerdo el camino, Boquitas y su servidor hicimos como dos horas en llegar a la casa de Pepe y llevábamos a la pulgosa en cuestión vestidita con una pijama con estampado de cachorritos que el mismo Boquitas le confeccionó, lo cual es raro pues Boquitas es la persona mas huraña y agresiva que conozco.

Llegamos al hogar de Pepe y fue como amor a primera vista.


Pepe.- Wey, está hermosa.

Boquitas.- Y es bien inteligente, si le dices que no entre a la cocina, te juro que se queda ahí sentadita esperando a que salgas.

Pepe.- Está pulgosa carnal, no manches.

Patch.- Peores cosas tienes tu viviendo en tu cuerpo, no la hagas de a tos.

Pepe.- Y si me quedo con ella? Esta re´ chula

Patch.- Mejor wey, así nos evitamos muchas cosas

Boquitas.- Y así puedo venir a verla

Pepe.- Ok, pónganle nombre

Boquitas.- Vas Patch, tu eres el que rifa en eso y así serás su padrino

Patch.- Cámara, se llamará Hachís, en honor a la adicción de su nuevo padre.


Ese día Pepe y Hachís empezaron la relación mas simbiótica del mundo, Pepe cambió su lugar de residencia como mil veces y por su nueva acompañante solo podía rentar en lugares donde hubiera condiciones para ella, le ponía pañoletitas rojas y la atendió de manera increíble, pues la perrita resultó tener estomago débil y no come cualquier cosa, de hecho soy testigo de que comía mejor que el mismo Pepe, sin contar el asunto psicológico, es en serio, Hachís jamás caminó encima de una coladera y tiene un cuadro agresivo sumamente alto, es una gran guardiana pero hay que ver a todos los perros que dejó lesionados a lo largo de estos nueve años de existencia. Pepe y Hachís eran como Remy y Corazón alegre.



Hace dos días Pepe me llamó:

Patch.- Bueno?

Pepe.- Ese mero

Patch.- que onda hermano? Donde andas?

Pepe.- voy para tu casa, tenemos que hablar de Hachís.

Patch.- Vente

Pepe.- Wey, hoy mordió a su primer victima humana y el doctor dice que lo mejor es dormirla.

Patch.- No manches! No!

Pepe.- Si wey, humanos nunca había mordido, si ya no tiene respeto a ellos se vuelve un peligro, la tendremos que dormir.


Llegó a mi humilde hogar y platicamos un rato, me despedí de Hachís y entre nostalgia lloré junto a mi mejor amigo.

Pero todo tiene un final feliz, hace exactamente cinco minutos antes de empezar a escribir estas líneas, vía facebook, Pepe me dijo que encontró una solución, aparentemente, ninguno de los dos se va a rendir y ambos están en un proceso de readaptación social donde tiene que trabajar mucho, pero según dice Pepe, Hachís va muy bien, así que no hubo tragedia… creo que el domingo iré a su casa y me tomare unas cervezas con Pepe, eso si, de lejitos Hachís porque no se que tan bien esté tomando su terapia.

Les dejo una foto de mi aijada:

Y en palabras que escogió el mismo Pepe:

“Puedes decir cualquier tontería a un perro, y el perro te mirará de una manera que parece decir "Por Dios! Tienes razón! Nunca se me hubiera ocurrido!”


"Dave Barry"



¡! CAMBIO Y FUERA ¡!

6 comentarios:

CocoNash dijo...

ay, no está tan fea, qué bueno que no la durmieron y que esté en rehabilitación

CocoNash dijo...

rehabilitación, jaja, eso sonó como si fuera borracha o drogas, jaja, bueno, terapia, aunque...no tiene rabia, verdad?

el Patch dijo...

Se ve menos fea porque Pepe la peinó para la foto... de hecho así me dijo que la anunciaria:

"Se regala perra vieja, fea y malhumorada"

el Patch dijo...

y no, no tiene rabia, y lleva ocho años sin pulgas =P

Lemonchelle dijo...

Una gran historia, me da gusto por Pepé y por Hachís pero.... pobre Boquitas ¿cómo se llama realmente?

Patch le mandas un saludo de lejitos a Hachís y dile que Dalaaaaay

el Patch dijo...

Boquitas se llama Miguel y sip, yo la saludo el domingo echandome unas chelas con Pepe