martes, 16 de diciembre de 2008

Ayuda!

Este mensaje es para pedir ayuda.

Me encuentro atrapado en un vórtice que une mi realidad con la tuya, estoy envuelto en una capa de sensaciones que no puedo tolerar, simplemente me esta carcomiendo el temor y la incertidumbre.

Soy el ultimo de mi especie y estoy a punto de morir, las águilas me han atrapado cuando salí a buscar a alguien que pudiera salvar a mi esposa, ella estuvo enferma dentro de la cueva donde nos ocultábamos, ahora ella ya debe estar muerta.

Soy lo ultimo de una casta pura de pavos que solíamos habitar una enorme extensión de tierras que corría desde la Godwana hasta la Laurásia de esta dimensión, fui criado con las lecciones de los antiguos sabios de las tribus que se organizaban en pequeños Ghettos a todo lo largo de esta masa continental provista de las mas grandes delicias naturales… pero eso fue antes de que las águilas arrasaran todo esto.

Creo que lo mejor será utilizar mis últimas energías en contarte un poco lo que sucedió y detener estas palabras sin sentido.

Mi nombre es Peacock y como ya te dije soy el ultimo… ¿el ultimo de que? Pues el ultimo pavo de esta tierra.

Esto comenzó hace ya muchos ciclos, muchas generaciones, muchas vidas.

En aquel entonces ni siquiera estaban las tontas líneas imaginarias que dividían la terrible Laurásia de la oprimida Godwana, los pavos junto con otras aves solíamos vivir en pequeñas aldeas situadas al azar, la tierra no era propiedad de nadie, pues, todos sabíamos que nosotros veníamos de la tierra y a la tierra alimentaríamos.

Se dice que en el otro extremo de las grandes aguas, en la otra masa continental, crearon una forma de controlarse unos a otros; las semillas de girasol, así es, unas torpes semillas de girasol eran lo mas significativo en ese lugar, a veces la gente perdía su dignidad por ellas o viajaba de corral en corral intercambiando objetos por ellas. Pero eso no me consta, pues a pesar de creer en las palabras de los sabios ninguno salió jamás de esta masa continental.

Lo que si me consta por la palabra de mis maestros es que los Ghettos fueron saqueados por aves de corral de esta otra masa.

En la tierra de donde provengo las semillas de girasol abundaban y para las aves que vivían aquí eran de lo más normal, sin embargo cuenta la leyenda que llegaron las aves extranjeras en enormes barcos cargados de arsenales. Mi pueblo se lleno de miedo, pues nunca fue necesario arrancar la vida de un ave en estos lugares, es mas los sacrificios ofrecidos a las divinas palomas eran voluntarios y considerados un honor.

Muchas tribus regalaban las semillas a las aves extranjeras solo para no sufrir pérdidas innecesarias, pues nuestra humilde lógica sabe que es una estupidez comparar el simple valor de una semilla con el del alma de un ave.
Sin embargo las aves extranjeras no se satisficieron con ello, seguían arrancando nuestras semillas de nuestras manos, mataron a miles de aves, destrozaron todos los Ghettos que pudieron e incluso nos prohibieron adorar a las divinas palomas, a cambio nos impusieron altares con buitres que según ellos, nos llevarían por el camino correcto.

De alguna u otra forma, los sobrevivientes de esta primera masacre se acostumbraron a vivir así y aun cuando las semillas de girasol se tornaban cada vez más importantes, sucedió lo más temido para todos. El ave de corral de la otra masa continental aprendió a manipular a la naturaleza, encontraron la manera de crear energía suficiente para mover gigantescos pilares de materia inerte y solo necesitaban calor y semillas, semillas que nos arrancaron de nuestras manos, mil semillas para mover un metro una tonelada de materia.

Para este entonces las líneas imaginarias fueron dibujadas, la Laurásia y la Godwana permanecían sometidas, con la diferencia de que en la Godwana aun sobrevivíamos tribus nativas, algunas en matrimonio con las aves extranjeras. Pero en la Laurásia era diferente, los ríos de malva que corrieron acabaron con los vestigios de las aves que solían habitar ahí.

Fue entonces cuando las aves de la Laurásia exigieron su territorio, expulsaron a quienes ahora consideraban las aves extranjeras y se declararon dueñas de la masa continental, aun cuando ellas la robaron primero, esto provoco que las aves de la Godwana hicieran lo mismo y esto parecía ser un nuevo comienzo, y lo fue, pero solo para las aves de la Laurásia.

La Laurásia intervino en las guerras de la otra extensión de masa continental y surgieron como una tierra donde supuestamente la libertad se respiraba, pero a ser sincero, solo las aves que poseen semillas de girasol lo eran… solo ellas lo son.

Poco a poco los corrales de la otra masa continental perdieron fuerza y la nación de las águilas la adquirió, los ejércitos obedecían ordenes de las aves que poseían mayor cantidad de semillas y es aquí donde entro yo.

Mi esposa y yo nunca estuvimos de acuerdo, no por renegar a los avances de manipulación natural de este sistema, sino por la injusticia en la que vivíamos unos cuantos para poder dar lujos a los dueños de las semillas.

Nos quisieron decir que comer, que vestir e incluso que pensar, por ello nos dimos a la tarea de enseñar a otras aves la verdad y tratar de formar una fuerza que terminara de una vez por todas con esta tiranía de las semillas de girasol.

Se cuenta que en la otra masa continental lo hicieron por un tiempo, pero fracasaron… nosotros también.

Las águilas decían que uno podía pensar hacer y opinar lo que quisiera, pero no es cierto. Nos persiguieron, nos asesinaron uno por uno y pisotearon nuestra meta de libertad e igualdad.

Entre la persecución terminamos escondiéndonos en una cueva donde pensé que estaríamos a salvo, pero a mi esposa la infectaron con alguna enfermedad cuando aprendieron a hacerlo.

Ahora y a punto de perder la vida. El grande me ha permitido escribir estas líneas a ti que habitas una dimensión donde todo esto es solo una historia que dista mucho de tu realidad, así que perdóname por molestarte cuando se que hacías algo que seguramente te provocaría dicha, pues según se, ahí todos son felices.

Solo quiero agradecer la oportunidad de decir esto, pues como te dije, soy el ultimo y aunque se que no puedes hacer nada, de alguna manera siento que ahora puedo morir en paz.

Gracias y discúlpame

2 comentarios:

Karla R d Freyre dijo...

:S
teinks yisus
jama he comido pavo en navidad

CocoNash dijo...

este...
yo....
buaaaaaaa